Carpintero de ribera y experto en el Conservatorio Marítimo y Fluvial de la Narbonesa, Yann Pajot ha sido el encargado de restaurar el barco navegante Marie-Thérèse, el más antiguo de Europa amarrado en el canal de La Robine, en la base naval de Mandirac.
LA ROBINE
El Canal de La Robine retoma el antiguo cauce del río Aude durante 32 km y desemboca al mar en Port-la-Nouvelle, atravesando varias lagunas y estanques. En la época de los romanos, se habilitaron varias zonas portuarias abiertas directamente al mar en la parte sur del río. Pero, con el paso de los siglos, se produjeron dos grandes cambios naturales: el río Aude abandonó su cauce para desviarse al norte de la Clape durante el siglo XIV y las lagunas, colmadas por el limo, dejaron de dar directamente al mar. Antes estas circunstancia, la ciudad de Narbona decide reformar la actual parte meridional del canal de La Robine para conservar su acceso al mar en dirección de Port-La-Nouvelle. Sin embargo, en el siglo XVII, se presenta una nueva difícil situación: la ciudad queda excluida del trazado de una de las mayores rutas de comercio europeo del momento: el canal de Midi. El monseñor Dillon, arzobispo de Narbona, ordena entonces iniciar rápidamente la construcción de la parte norte del canal de La Robine, pero sin lograr atravesar el río Aude. Habría que esperar hasta 1787 para que se produjera la inauguración del canal de Jonction y se completara totalmente la conexión de la ciudad con el canal de Midi.