Un ambiente festivo y gastronómico envuelve los Mercados de Narbona, donde se mezclan olores, sabores y colores. Una buena ocasión para probar algunos de los productos locales y sentarse a continuación en la mesa de algún restaurante, como todos los demás.
Abierto todas las mañanas, el mercado cubierto de Narbona es el centro neurálgico de la actividad social y comercial de la ciudad. Lo que más llama la atención de este lugar atípico es su arquitectura inspirada en el famoso mercado Baltard de París, que combina armoniosamente el hierro, la fundición y el vidrio. Al entrar, los visitantes, envueltos en una acogedora atmósfera, se dejan llevar por la mezcla de olores, sabores y colores. Allí, los artesanos y comerciantes seleccionan los productos más frescos, desde la fruta y verdura hasta el pescado, pasando por los quesos y los excelentes vinos de la región. Con motivo del centenario del edificio en el año 2001, se dispuso una serie de fotografías de “la Belle Époque” a modo de decoración en las aberturas, en conmemoración a la vida de los mercados a principios del siglo XX.