Bajo las aguas de la laguna
de Bages-Sigean
yace un pasado milenario
que ha visto pasar
miles de barcos antiguos…
El paisaje protohistórico a antiguo alrededor de Narbona era muy distinto al de hoy. Una inmensa bahía se abría desde el macizo de la Clape, al norte, hasta el recinto de La Nautique, donde se situaba el puerto de Narbo Martius, con capacidad para acoger grandes embarcaciones mercantes. Unos siglos antes de la llegada de los romanos, los elísicos (pueblo indígena) comerciaban con todo el mundo mediterráneo desde la zona comercial de Pech Maho (Sigean). A partir del siglo II de nuestra era, los ríos Aude y Berre cubren la laguna con sus depósitos aluviales. El fenómeno se acelera a partir del siglo XVIII y las constantes alteraciones del estanque se van haciendo cada vez más importantes.