En pleno corazón del macizo de la Clape y rodeada de matorrales de buplereum, el agua misteriosa del Gouffre de l'Oeil Doux es una fuente de leyendas: estando tan lejos el mar, ¿cómo es posible que sea salada? Un paraje tan bonito como enigmático.
La sima de l’Oeil Doux (LA SIMA DEL OJO SUAVE) constituye una singularidad geológica del macizo de la Clape, formado por un espectacular desprendimiento de rocas en un entorno calcáreo. El misterioso color esmeralda se debe al agua salobre que recibe del mar, al cual se encuentra conectado por un largo sistema kárstico. Esta impenetrable sima ha dado lugar a leyendas en la tradición de los antiguos pescadores y los pastores que llevaban allí sus rebaños. Las aguas tranquilas escondían de hecho una subrepticia agitación que arrastraba hacia su fondo a nadadores imprudentes, barcos y animales… Su nombre, l'Uèlh Dotz, quiere decir en occitano “el ojo suave”: ojo, en el sentido de abertura de la fuente, resurgimiento, y suave, es un afrancesamiento del término occitano dotz, que significa “fuente”.