Hace mucho tiempo, un grupo de pescadores vivía en la delgada franja de arena que separa la laguna de Leucate del mar. Hoy, las dunas se han rehabilitado para devolverle a este espacio movedizo su aspecto original.
“La isla donde vivía mi abuela paterna de niña era una barca de arena que la tormenta podía llevarse consigo cualquier noche para siempre. Tan solo una franja de arena entre el Mediterráneo y el estanque de Leucate, donde nada más crecían viñas y las plantas se alimentaban de sal... Solía soñar con el pueblo de Leucate que podía percibir a lo lejos, firmemente anclado sobre su pirámide rocosa, bien protegido contra los naufragios”. Traducción de un fragmento de la novela “Les Oranges de la Mer”, de Georges-Jean Arnaud
“La isla donde vivía mi abuela paterna de niña era una barca de arena que la tormenta podía llevarse consigo cualquier noche para siempre. Tan solo una franja de arena entre el Mediterráneo y el estanque de Leucate, donde nada más crecían viñas y las plantas se alimentaban de sal... Solía soñar con el pueblo de Leucate que podía percibir a lo lejos, firmemente anclado sobre su pirámide rocosa, bien protegido contra los naufragios”. Traducción de un fragmento de la novela “Les Oranges de la Mer”, de Georges-Jean Arnaud